Barcelona logró dar vuelta la serie ante el Milan y volvió a ser aquel equipo dominador que humilla a los rivales más poderosos del mundo. En este caso, el conjunto italiano llegaba al Camp Nou con el objetivo de mantener el 2 a 0 de la ida y se fue con una derrota por 4 a 0 increíble, debido a que le faltó carácter a los largo de los 90 minutos y se encontró con un adversario que tuvo a un Lionel Messi demoledor, con dos golazos que nivelaron la serie de octavos de final, en la que luego David Villa y Jordi Alba terminaron de cerrar con los tantos que le permitieron a los catalanes avanzar a los cuartos de final de la competencia.

El juego arrancó con el Barcelona buscando y con el Milan esperando con los once jugadores en el campo propio; sin embargo, en la primera que tuvo espacios, Messi apareció y de zurda clavó el balón en el ángulo para un 1 a 0 antes de los cinco minutos de juego. Después, el local aumentó a los 38 minutos con la "Pulga", quien en esta ocasión metió el zurdazo al lado del palo, lo que le permitió nivelar la serie que en ese momento iba a los penales. Por su parte, el Milan se lo había perdido un minuto antes con Niang, quien se fue solo y definió al palo ante Víctor Valdés, en una jugada clave de la serie de octavos.

Ya en el complemento, la diferencia entre uno y otro se hizo abismal, más aún cuando el Barcelona anotó el tercero a los nueve minutos con David Villa. Milan se dedicó a ver como le tocaban el balón de un lado a otro y como el conjunto catalán brindaba una exhibición como hace rato no se observaba en los encuentros internacionales y en el campeonato local. No obstante, el equipo italiano fue con más amor propio que fútbol y casi convierte el tanto del descuento con Robinho, quien ingresó en buen nivel y complicó a un equipo que no lo cerraba y que sufría ante los centros del visitante, ya que si anotaba un tanto el "Rossonero" lo obligaba a hacer uno más al Barcelona. Sin embargo, el juego no se cerró hasta el último minuto, tras una contra en la que Milan la perdió y Jordi Alba definió mano a mano a los 46 minutos, en lo que fue un gol más que festejado por todos los catalanes.